Pues oteando el cielo de Cáceres, a finales de junio de 2017, vi a dos cernícalos volando raudso de un lado a otro en compañia de aviones, parecían hacer lo mismo, cazar insectos...
se acercaban a la pared vertical de un edificio,
y en uno de los agujeros
contra el que casi se estrellaban
aparecieron el motivo de sus desvelos
después reposaban...
Nuevo encuentro en Niebla, Huelva, febrero de 2019.
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